Objetivo:
Convertir un local cerrado con poca iluminación en uno más diáfano, donde se potenciara la sensación de
amplitud del espacio, la conexión con el exterior y en el que, en todo momento, el cliente fuese participe de la elaboración del producto estrella, los bikinis.
Propuesta:
En este espacio, de algo más de 50 m², se optó por convertir la barra central en el elemento jerarquizador del espacio en cuyo alrededor se desarrolla toda la actividad del establecimiento.
Para aportar calidez y textura al espacio se decidió, durante el proceso de derribo, reaprovechar el ladrillo existente que apareció debajo de capas de gotelé y pintura, dejar los tableros de OSB del frontal de la barra vistos sin revestir y rematar el conjunto con una encimera en tono blanco. Tanto en las paredes como los pavimento, se escogieron tonalidades claras para realzar la luminosidad del espacio.